El espíritu libertario de la obra de Agustín Cuzzani, surrealista a la criolla, fue trasladado al cine de manera ejemplar por Mugica. La acción se divide en dos partes sucesivas y complementarias: la primera de intención realista, rica en detalles descriptivos y humor costumbrista, y la segunda, abiertamente volcada al terreno del misterio y la alegoría. El tono y el tratamiento formal se modifica apropiadamente de un universo al otro, con un despliegue de imaginación visual que es atípico en el cine argentino de cualquier período. Fue la ópera prima de Mugica, y representó a la Argentina en el Festival de Cannes de 1961.

Argentina, 1961, 80'.

Última fecha

dom

10

mayo / 2015

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