La muestra presenta un mural de 2.6 por 26 metros, que domina la pared central de la sala, compuesto por 6 pinturas sobre tela y 6 pinturas sobre muro. La imagen está conformada por 12 episodios que se continúan e interrumpen pero constituyen una totalidad. Frente a él, en el espacio central de la sala, se dispone una lona de 15 por 3 metros que apoya sobre el piso y es tensada por cables de acero desde diversos puntos del techo y paredes laterales.

Ambas piezas construyen una narración fragmentada y sin lógica aparente en la que cada pieza es una particularidad pero integra un todo al mismo tiempo. A pesar que la relación de las imágenes no está determinada por una narración lineal, cada pintura contribuye a construir una sintaxis que reexamina relaciones posibles entre la figura y el espacio, la tensión y el movimiento, la soledad y el ensamble.

La figura del héroe recorre el tono de la sala, tanto en la idea de recorrido o tránsito que propone el mural como en la pieza de lona que se dispone en el centro, sujetada y sometida por los cables que la tensan y la dominan. La presencia del cuerpo aparece y se esconde en los pequeños desfasajes de las líneas, en las diferentes perspectivas combinadas, en la contorsión inmóvil de la lona que cuelga, produciendo una serie de estallidos silenciosos que evocan la idea del relato mítico y las narrativas fundacionales que construyen identidades e historias.

“Me interesa que el espectador comparta el aquí y ahora de la obra, dirigiendo su atención al recorrido de su propio cuerpo en el espacio de la instalación y que al mismo tiempo se vea abrazado por el mundo ficticio que plantea la obra, que introduce para él nuevas relaciones espacio-temporales”.

Quiénes

Artistas: Leila Tschopp //

Última fecha

dom

12

junio / 2016

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