No sólo no es imposible que suceda; quizás ocurra más frecuentemente de lo que se pueda imaginar. Sin embargo, sigue siendo bastante fuera de lo común que un mismo, único coleccionista compré sostenidamente, y en muy diversas instancias y momentos a lo largo de los años, un número muy importante de piezas varias de un mismo artista. Piezas que, desde luego, exhiben cercanías y afinidades estilísticas y conceptuales, pero cuya asombrosa reunión no es consecuencia de haberlas sumado de golpe, en serie; piezas que muestran notables diferencias, y que dan cuenta de heterogéneas instancias en el transcurrir de una misma producción. Tal es el caso de Marcelo Lvovsky, quien fue adquiriendo durante quince años más de una veintena de mis trabajos, entre los cuales apenas un grupo puede considerarse un conjunto producido como tal, siendo los demás esos ejemplos que solo el pudor y la prudencia impiden se los considere, sino antológicos, al menos paradigmáticos.

Fragmento del texto de Eduardo Stupía.

Inauguración: miércoles 26 de marzo 18 hs.