Durante casi dos minutos, en el inicio de Edad difícil, Leopoldo Torres Ríos nos conduce en silencio al tiempo evocado de una infancia que termina. La de Luisito, de tan solo 13 años, pero también a la de un cine que el mismo Torres Ríos había forjado desde hacía más de treinta años. Relato de juventud crepuscular, mirada hacia el pasado sin mandatos ni arrepentimientos, y el asomo de cierta reflexión sobre un largo camino que estaba llegando a su final. Edad difícil fue un éxito imprevisto, quizás el cierre de una etapa del cine argentino que el hijo de Torres Ríos, Leopoldo Torre Nilsson, empujaba hacia una nueva era. La pareja que formaban en pantalla Oscar Rovito y Bárbara Mujica -luego convertidos en un matrimonio en la realidad- se consolidaba como el despegue de una nueva juventud, de ideales y ansiedades, transformando los ravioles del domingo y los goles de Ángel Labruna en inquietudes sobre el amor y la pérdida. Texto de Paula Vázquez Prieto.
Dirección: Leopoldo Torre Ríos //