La obra de Pablo Ortiz Monasterio resiste y transmite.
Su reflexión dialoga en el ámbito del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti como si hubiese sido especialmente pensada para allí.
Pero no es así. La denuncia de Pablo -sobre los cuarenta y tres estudiantes de Ayotzinapa que fueron secuestrados y nunca aparecieron- vuelve a traernos una realidad que se repite, cíclicamente, en la historia de la humanidad.
El arte es, sin duda, el último reducto de resistencia. También, una enorme posibilidad de comunicación, transmisión y reflexión, sobre todo cuando los medios masivos no se ocupan del tema o irrumpen tanto con otros que terminan distrayéndonos y hasta anestesiándonos.
Por todo ello, la obra de Ortiz Monasterio es imprescindible.
Artistas: Pablo Ortiz Monasterio //