Con los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial al descubierto, Alemania fue para el mundo el epicentro del horror. A pesar de esto, las pantallas del cine alemán de la inmediata posguerra no reflejaron el país negado durante la ocupación (como sí ocurrió en Italia): los heimatfilms (melodramas livianos en contextos rurales inspirados en formas de género hollywoodense) ocuparon un rol central, a pesar de representar solo la cuarta parte de la producción cinematográfica. Recién en 1962, durante el VIII Festival de Oberhausen, un grupo de veinticuatro cineastas firman un manifiesto en el cual expresan su disconformidad con las cinematografías locales y la necesidad de replantear los modos de representación. Dicho documento se conoció como Manifiesto de Oberhausen.

Curso de 4 clases (de 2hs cada una) a cargo de Luis Franc, docente en teoría y análisis cinematográfico.

Inscripción: http://www.cineclubmonamour.com/cursos\_reserva.php?id\_curso=120

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15

agosto / 2014

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