Benito Malacalza presenta su nuevo disco Cuises y liebres y pájaros.

Después de transitar caminos tan disímiles como el punk, el hardcore, la electrónica y la música concreta, Benito Malacalza anidó en el folclore desde una arista experimental. Por estos días acaba de editar artesanal-digitalmente su segundo disco solista: Cuises y liebres y pájaros, donde, en un cancionero nacido de la experiencia de una muerte cercana, encara su propio folclore cantándolo a pura voz y guitarra eléctrica, con influencias tanto de Larralde y Yupanqui como de Daniel Johnston y Nick Cave.

“(…) Aquel solitario camino recruzado por espantados cuises y liebres y pájaros”. El pasaje pertenece al cuento Las doce a Bragado de Haroldo Conti y Benito (nacido en Carmen de Areco, partido adyacente a Chacabudo, donde nació Conti) tomó de allí el nombre de su nuevo disco. “Yo estaba con otro, todo demeado, llamado Suite Boliguaya. Y justo se quita la vida uno de mis mejores amigos, Diego ‘Macu’ Angione. Frené Suite Boliguaya y en un mes me salieron todas estas canciones que forman el disco nuevo, que está dedicado a él también. Y decidí hacerlo solo por esa cosa que te da la soledad de encerrarte y que te agarre un ataque de tristeza y producción. Fue catártico, en vez de explotarme la cabeza me salió esto. Me dejó un misterio que yo lo convertí en disco. Fue un duelo y un bálsamo. Me recuperó, porque estaba muy triste”.

Y sí, Cuises y liebres y pájaros tiene un decir apesadumbrado. Esa es la tonada que cruza el disco en todas sus formas: zamba, huayno, cifra, payadas. Pero cada uno de esos gestos no se cierran sobre sí mismos sino que tienen un breve punto de fuga por donde se escapan, y allí está la riqueza de todas estas canciones. Apenas algunas cuerdas de nylon –guitarra criolla, charango–, pocas percusiones y programaciones; el resto: guitarra eléctrica y voz. La imagen podría ser no la de un payador con su vihuela sino la de un cantor anónimo prendido a una Telecaster.

Última fecha

vie

24

marzo / 2017

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