En el principio, el tango fue cosa de hombres. Las mujeres tenían que ver con la experiencia de ellos. Cuando aparecían las mujeres, también eran cosas de hombres. Madres, hermanas, esposas, amantes, fieles o infieles, agradecidas o ingratas, buenas, malas, presentes, ausentes, amadas o denostadas, el tango se llenó de versos que las contenían y hombres que las cantaban.

Hasta que poco a poco, empezaron a hablar ellas también. Y hablaron las sufridas madrecitas, las amantes apasionadas, las tímidas muchachitas, contando sus propias historias, sus amores y sus desamores, sus penas y alegrías.

Historias de hombres y mujeres que nos hablan de sentimientos y emociones, con voz de mujer y letra y música de tango. Narración oral a cargo del Grupo Contame una historia, mentime al oído. Dirección: Inés Grimland.

Última fecha

sáb

21

julio / 2012

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