Durante el verano de 2013 el artista Julián Pesce fue invitado a viajar, en el marco de un programa de artistas, a Israel junto con colegas de variadas disciplinas. El viaje comenzó y terminó en Jerusalén pero, entre medio, recorrió países de Europa Occidental y del Este. A partir de esta experiencia, recopiló fotos, audios y videos que dan cuenta, de modo documental y testimonial, del fuerte impacto que le produjo la concentración del Islam, el Judaísmo y el Cristianismo en un espacio tan reducido y fragmentado como resulta la actual Ciudad Vieja de Jerusalén. En este reducto, laberinto múltiple, convive lo espiritual, lo infinito e inabarcable en permanente tensión con el plano material, determinado por los conflictos políticos que se desarrollan en el área.

Su trabajo indaga en lo que subyace y funciona, a su vez, como punto de encuentro a estas tres religiones: el modo de entrar en contacto, a través de la vibración del sonido y el movimiento del cuerpo, con la espiritualidad. El artista se propone, en este sentido, ligar el plano material con el plano espiritual al superar las singularidades de cada práctica, que permite reformular la desdibujada noción de síntesis.

Última fecha

dom

16

febrero / 2014

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