Compañía

Todo esto es muy simple. La primera frase informa taxativamente al espectador de lo que se trata: “Una voz le llega a uno en la oscuridad. Imaginá”. Y agrega dando una pista física: “A uno boca arriba en la oscuridad”. Todas las palabras después dichas devienen del estado citado. Metódica e implacablemente van armando en el vacío un presente compuesto de situaciones pasadas que por más sólidas que se nos aparezcan se desvanecerán en un instante, una y otra vez y “uno como siempre ha estado”. El universo beckettiano se ubica en el borde de un acantilado con la certeza de que no hay posibilidad de retroceder (ni lugar adónde ir), junto a la imperiosa necesidad de avanzar, convencidos de que siempre se puede dar un paso más, por más pequeño que sea.