La obra alude a una caminata para encontrarse dentro de las formas de los cuerpos, lo guían un circuito de objetos, la oscuridad y un traje de pelos y deseo. Es un recorrido y una caminata por distintas materialidades de la noche, la noche del alma, como el conocimiento del dolor y de distintos estados del cuerpo es también un relato de lo incompleto hacia la comprensión del vacío como modo de contacto, de sanación impidiendo que el individuo se aferre así mismo. Disuelve la rigidez sustancial. Los entes fluyen unos con otros, sin que ellos se fundan en una unidad sólo morando, habitando, la luz como una ducha en medio de lo no simétrico como condena de la historia, lo que nos obliga a entender lo humano
La pieza de los zapatos que están en la sala para ser habitados, son desparejos y predicen el dolor de un hombre en tránsito permanente. Quizás también sean prospectivos de nuestros hombres que viajan y cambian de países, quizás la memoria nómade y su calzado gastado. Atravesar en travesía para descubrir el mientras, el tiempo de la lectura de obra y su espacio interior. Una caminata hacia el centro, el ser que designa lo abierto y el ente que le debe su contorno de sentido.
En colaboración con:
Walter Fernandez
Jape Natca
Dio Mazo
Ramiro Larrain
Paola girimonti
Abel lsiazo
Constanza Martinez
Artistas: Mónica Van Asperen //