Conmemorar los cincuenta años de la creación de Besos brujos pretende desviarse de las rutinas necrológicas: la muerte de Alberto Greco ocurriría pocos meses después de su elaboración. Pero hoy lo convocamos, como él mismo afirmaría, “vivito y coleando”, por medio de una obra que concluye y condensa su meteórica e intensa trayectoria artística.(...) Con Besos brujos, que se muestra de manera integral a través de un audiovisual especialmente realizado para esta exposición y por medio de la selección de una veintena de originales, a los que se suma un nutrido conjunto de obras que dan cuenta de su trayectoria desde 1950 hasta 1965, Greco cerró su ciclo creativo instalando estrategias que revolucionaron la manera de hacer arte. La apropiación, el pastiche, la parodia, la hibridación y desborde de disciplinas y géneros, la indiferenciación entre alta y baja cultura, el uso de los medios de comunicación masiva que en su época explotaban y que hoy, más que nunca, alteran nuestro trato con la realidad, son procedimientos que este artista tuvo la audacia de transitar y la virtud de inaugurar para el arte argentino. En tiempos en que las expresiones contemporáneas se perciben como privilegiadas y, a veces como excluyentes, resulta pertinente ver las obras y revisar el accionar de aquellos que les dieron origen. Greco tuvo la osadía y la necesidad vital de instaurar este camino. Alberto Greco ¡¡¡Qué grande sos!!! (Texto curatorial de Adriana Lauria)