Tango Hembra es un espectáculo donde las mujeres son protagonistas de las historias tangueras. Un camino hecho de tangos de amor, desamor, llegadas y partidas centrándonos en el relato del hombre sobre la mirada de la mujer, composiciones de siempre y actuales, de milongas, tangos y valses. Según el filósofo Gustavo Varela, “el tango es hembra porque la mujer define el recorrido a seguir. En el baile, en la canción, en la palabra dicha por el hombre, que siempre espera a que la hembra vuelva. Y no vuelve. Se va”. Para el letrista Alejandro Szwarcman, “con las letras de los tangos nace el número dos. El dos es lo acabado y lo incompleto, la suma y la resta, el complemento y lo opuesto. El dos es el también el uno, es decir, es la mujer que irrumpe en el tango del modo más contradictorio: alejándose, dejando atrás el pasado, eligiendo otros destinos. Pero siempre la mujer. Tango y mujer. El dos inseparable del tango”. Tango hembra tiene que ver con algo de lo que dice Varela en referencia a esos tangos en los que las que tienen el valor de irse son las minas, y los que cuentan la historia de abandono son los tipos, que sufren, y no son tan “machos” como el estereotipo en el que el mismo tango los puso. Pero a su vez Tango Hembra no quiere quedarse en una cuestión de género, sino pensar al tango desde ambos lugares, hombre y mujer, como expresa Szwarcman. Dice Bárbara Grabinski: “los tangos que proponemos tienen que ver con eso, como se cuentan las historias del macho a la hembra, como pasa en Mimí Pinzón, Claudinette o “Ella se fue”, del Tape Rubín, entre otras”.
Cantantes: Bárbara Grabinski //