Baal, un cantante de baladas ingenioso pero inestable, lleva una vida dominada por los escándalos, el alcohol y la promiscuidad en la primera obra teatral de Bertolt Brecht, llevada al cine por el director Volker Schlöndorff en 1969. El realizador se propone volver a sus comienzos cinematográficos y recurre de nuevo a las tambaleantes imágenes tomadas con cámara al hombro. En un primer momento la estrella elegida para encarnar al joven poeta Baal fue Daniel Cohn-Bendit, hasta que el cineasta bávaro se tropezó con el talento de Fassbinder. Éste aceptó sin la menor vacilación el papel del personaje asocial, misógino y mortífero de la primera obra teatral de Bertolt Brecht. Visto así, la película reunía todos los elementos necesarios para convertirse en un gran éxito, pero, poco después de su primera y única exhibición en 1970, se bloqueó su exhibición. Hablando de las décadas de espera para volver a contemplar este diamante en bruto del Nuevo Cine Alemán (sobre todo visto retrospectivamente), Schlöndorff describe así la disputa que tuvo lugar en aquel entonces con la heredera de Brecha, Helene Weigel: “Creo que tuvo que ver con la ideología. Hay que tener en cuenta que es la primera obra de teatro que escribió Brecht a los 19 años, cuando todavía vivía en Augsburgo […] y no encaja en absoluto con la imagen de Brecht que querían homenajear en Berlín oriental, poniéndolo directamente en un pedestal junto a Goethe”.
Alemania, 1969, 87'.