Agusti Corsi se pone en la piel de cuatro personajes y de allí construye una historia, una historia de gente que parecería común pero es bastante marginal: el motoquero bastante cabeza, la mujer que abandonó el convento en búsqueda de amor carnal al los 70 años, perseguida por un Dios celoso pero manejable, el policía que tiene una tormentosa relación con ella , y en el centro de toda esta historia “ella” la empleada municipal, entre miserable y oscura.