Esta exposición se constituye a través de una serie de fotografías e instalaciones que el artista contempla en la idea del ciclo. Miño articula su obra sobre los conceptos de la transformación y el cambio que se suceden en el plano de lo infinito. Esta concepción implica la inexistencia de los finales terminales pero la persistencia de las transiciones de las formas y las ideas. Un recorrido nacido de una serie de imágenes abreviadas, figuras geométricas abstractas compuestas de curvas, avances y retrocesos, que flotan desde lo alto y se despliegan hasta el piso como un laberinto óptico que dibuja en luz sobre telas de seda, componen la dinámica de la exposición. El artista sostiene su posibilidad de crear y estar en un mundo de realidades infinitas y de transitarlas a partir de decisiones intuitivas que le permiten ir más allá de su propio conocimiento. Sin materialidad del peso de las cosas que tienen peso, con la posibilidad de incertidumbre y con el armado estructural como si fuera una malla de contención, estas obras presentan distintos tiempos en un estado de posibilidad.
“Las imágenes de Jorge Miño que componen esta muestra nos proporcionan la posibilidad de experimentar una realidad multiplicada. El ingreso a un universo heterogéneo y en constante cambio, en donde el artista selecciona los nudos principales del campo de la arquitectura y los tensiona, creando un nuevo i n between. Un limbo no declarado que surge de los cruces entre lo real y lo utópico”, sostiene la curadora Gabriela Urtiaga.