En esta exposición de Walter Andrade, el artista construye dispositivos a partir de la disección del cine porno y la publicidad para estructurar vías que permanentemente oscilan entre la distancia conceptual y la búsqueda de un abrazamiento táctil entre él y su objeto
, según explica Florencia Qualina.
“Apetito por el mito” es un organismo y también una máquina en la que la mano late, los pulmones observan y el hígado filtra el deseo que la industria sexual mercantiliza y domestica.
Indica Qualina: La geometría elemental -de Giotto a Cezanne-, el contorno realizado a partir del contraste entre figura / fondo -la imagen como vestigio del cuerpo representado- y el propio soporte -cuevas rupestres, pintura al temple -son en sí mismos una matriz mitológica de la historia de las imágenes, que Walter expone y desestabiliza
.