La exposición de Julio Lavallén está compuesta por obras que Alejandra Perotti eligió personalmente sin proponerse rigor cronológico y sin intención pedagógica. Eligió con el corazón - explica el artista- y yo confié en su criterio repentino. Lavallen comenta sobre la muestra: Este examen retrospectivo permite una mirada a los innumerables clichés colectivos en los que nací (cada uno de nosotros tiene un sótano secreto). Para mí, estas anécdotas aisladas incluyen memorias ya desconocidas que súbitamente despiertan actualizadas y elocuentes. Son imágenes íntimas, que evocadas por esta exposición, interrumpen su fluir sin remedio hacia la nada honda y se me re-presentan, efímeras, antes de reanudar otra vez su transcurso al olvido que contiene a la existencia... "'Si “la lógica de la pintura corresponde a una síntesis de tiempo durante la cual el pintor hace surgir una presencia” como diría Deleuze, este resumen de casi cuatro décadas tiene la mía, y esa presencia me permite (ahora más calmado) confirmar lo que grité en voz demasiado adjetivada en un catálogo, hace treinta años. Aquel día escribí: 'Evito usurpar mis cuadros con ideas, historias o mensajes. Trabajo con ímpetu más hondo que la razón. Hago distintas repeticiones, versiones y perversiones (ya que desecho la idea de crear, por ser demasiado divina). Este excéntrico placer de simplificar o complicar las formas, que es un modo sofisticado e impiadoso de mentir con precisión, me invita a incluir en mis obras la hediondez y la magia que veo. De ahí, el íntimo sentimiento de poder que me domina al pintar. Para caminar esos lodazales secretos, necesito la soledad y el silencio, que siempre me repiten que pintar no es mi profesión, sino mi manera de vivir.”

Última fecha

sáb

22

junio / 2013

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