Esto no es documental, no es testimonio. No es feminismo. Es una mujer expulsada de la muerte, convertida en arte.
La poesía es el origen, sustento y reservorio de todas las artes. Pero es marginal. El mismo lenguaje acaso es poesía desatendida. Se lee poco, sí. Eso no la detiene. No brota para ser leída, nació para ser dicha. Para ser encarnada, para golpear, para mover y moverse, para inmiscuirse. Y se vuelve música y canto y danza. Y ensueño y escultura. Y se empapa de amor y filosofía y drama. Y de juego y de ironía y de dolor. Y de silencio.
De Mariano Moro. Actúa: María Victoria Moreteau.