Una muestra que presenta la vida de vanguardia del artista que marcó tendencia con su estilo inigualable.

Alberto Castillo podría ser el cantor del cine argentino, o la voz que eligen los bailarines por su musicalidad, o el artista que inventó un sub-género musical: su tango candombe, fiel reflejo de su alegría artística.

Fue el artista que logró que se cortara la Avenida Corrientes por la cantidad de público que lo seguía y llenaba el Teatro Alvear.

Podría quedar el registro cercano de su contacto más festivo y joven con los Auténticos Decadentes.

Castillo era todo eso y en la muestra laberíntica que se ofrece en la Usina del Arte están todos.

Fue “El cantor de los cien barrios porteños”. Si bien ese número no responde a la realidad en cuanto a la cantidad de límites zonales, nos ayuda a entender la relación de Castillo con la gente. Toda Buenos Aires lo admira.

Rompió cada uno de los moldes establecidos. Dejó su profesión de médico ginecólogo por el fanatismo de sus pacientes hacia el naciente ídolo. También fue autor y firmó como Riobal. Y su postura en el escenario desarticuló la quietud de los intérpretes.

Todas las cualidades de Alberto Castillo confluyen en esta muestra, y confirma que es uno de los artistas más queridos de la historia del tango.

La muestra que lo homenajea fue realizada con el aporte de material fotográfico, documentación y objetos cedidos por su familia y la Fundación Alberto Castillo. Con la colaboración del Archivo General de la Nación y el Museo del Cine.

Última fecha

lun

21

agosto / 2017

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