La muestra organizada por la Biblioteca Nacional hace foco en algunos hitos de la historia de la tipografía argentina y da cuenta de las transformaciones profundas que se han desarrollado a lo largo del tiempo en este arte.
Primero fue el dibujo que fijó las imágenes, combinó las ideas y alfabetizó los signos. Del alfabeto esculpido, pintado o dibujado en un pergamino nació la tipografía. Los caracteres tipográficos son la síntesis y estilización en letras de los signos que representaban los objetos.Entonces la tipografía es una consecuencia del dibujo y la ilustración primitiva.
Antes de la aparición de la imprenta en el mundo de la reproducción gráfica se contaba con la xilografía, método de impresión de textos mediante bloques de madera grabados, técnica con la que se imprimió el primer libro publicado en China en el año 848.
Podría afirmarse que la tipografía se ha transmitido de generación en generación, luego se perfeccionó en círculos exquisitos y fue avanzando hasta llegar a una orientación teórica clara con la creación de casas de estudio y universidades específicas que profesionalizaron el oficio.
Con el paso de los años, materiales, máquinas y técnicas se han ido modernizando para mejorar la confección de un impreso. Los antiguos elementos tipográficos han desaparecido o se han sustituido por otros en función de los nuevos sistemas de composición, compaginación e impresión logrados con los avances tecnológicos que decantan en la impresión digital.