Una forma diferente de acercar, tanto a los chicos como a los adultos, a las situaciones más divertidas de Don Quijote y Sancho Panza. Uno idealista y soñador, que olvida las necesidades de la vida material para correr en pos de inaccesibles quimeras, y el otro, positivista y práctico, aunque bastante fatalista. Nuestro montaje propone un final que alcanza un nivel de vibración altamente positivo, con un mensaje que recupera y promueve el ejercicio del soñar, de darle un lugar a la ilusión.
De Adela Basch, por la compañía Altro Ké.