La trayectoria de Nebbia ha estado signada, en todas sus etapas, por una permanente necesidad de evolución. Esta necesidad lo ha impulsado, particularmente tras la disolución de Los Gatos, a ampliar su perspectiva musical en todas las direcciones posibles, sin soslayar ningún género ni estilo. Fruto de esta amplitud son sus canciones, de apariencia simple a veces, pero de gran riqueza melódica, armónica y rítmica.
Son esas canciones, más allá del contexto musical en que se inscriban, las que definen su personalidad como autor e intérprete y lo tornan inmediatamente reconocible, tanto hoy como en sus comienzos. A través de los años, además, Nebbia ha encarnado como pocos el ideal de la independencia artística, haciendo siempre sólo lo que le gusta, lo que le dicta el corazón, tal como se lo transmitieron sus padres con sabio poder de vocación.