El film relata la historia real del padre Mario Pantaleo, un cura nacido en Pistoia, Italia, y radicado en la Argentina, que guiado por los misterios de la fe tenía poderes
para diagnosticar y sanar enfermedades a través de la imposición de manos.
Fue la última película de Alejandro Doria, que falleció en 2009. Obtuvo el premio Goya a la Mejor Película Extranjera de Habla Hispana.
Argentina, 2006. 119'.