Esta obra de Guayaquil, Ecuador, pertenece al Grupo Muégano.En ella, asediada por espectros, una orquesta vacía y anacrónica prestidigita las sagradas notas del Himno Nacional, la Familia, la Propiedad Privada y el Amor, en un territorio vagamente definido como los renglones torcidos de Pacman, el papá de los pollitos y la mamá de Tarzán, una ciudad-estado diseñada con los mismos criterios del rudimentario porvenir: diversión, tesón y adecuación a la competencia salvaje, todo con tal de suscribir la breve carta en verso que Heiner Müller dedicara al Ministerio de la Cultura Universal: Me cago / en el orden / del mundo. / Estoy / perdido. Tal es la única síntesis posible de la intensa, extraña y divertida obra teatral Karaoke (Orquesta vacía).
Dirección: Santiago Roldós.