“El jugador de rugby de El llanto del ídolo aprende en el juego (magnífico símbolo de una sociedad) que para triunfar es lícito y necesario utilizar la violencia, pero una vez alcanzada la prosperidad material no sabe qué hacer con ella, ya que es insuficiente para hacerlo feliz. Impotente ante su fracaso afectivo, vislumbra también el esquema trazado de antemano, cómo él le “ha hecho el juego” a esa estructura que lo determina. Es que la sociedad busca mejorar el nivel económico de sus hombres pero, como sus valores no evolucionan al mismo tiempo, los prejuicios, el conformismo y las mismas reglas que debe utilizar el hombre para “llegar” lo convierten en un hipócrita o lo condenan a la soledad. (...) En Anderson notamos un empeño obsesivo por adentrarse en el mundo psíquico de sus criaturas, seres reflejo del mundo circundante que se autodestruyen antes de entregarse afectivamente”. Fragmentos de un texto de Lita Stantic escrito para la revista Enfoque, Necochea, diciembre 1965.

This sporting life, Gran bretaña 1963, 129'.

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jue

6

noviembre / 2014

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