No es fácil realizar un buen thriller de asaltantes y al mismo tiempo estar a la altura de un relato original, si son acontecimientos reales los que se ponen en escena.Desde Tarde de perros y Bonnie & Clyde hasta La gran estafa americana, hay algo mucho más humano y profundo detrás de las escenas sangrientas de ritmo vertiginoso, hay generalmente un torbellino de emociones, ancladas en las relaciones entre los personajes, que actúan como verdaderos motores del drama. La ambientación histórica suele proporcionar un marco inigualable para recrear esas crónicas negras que se ofrecen como espejos de los signos sociales y culturales de un país. La ambición de conferir a hechos, y personajes, el estatuto de leyenda, convive en este caso con la clara voluntad de capturar esencia del periodo histórico en el que transcurre Banklady.
Con gran criterio ético y estético, Christian Alvart nos cuenta la legendaria historia de Gisela Werler, la primera mujer asaltante de bancos alemana, que se ganó una fama acorde con los tiempos de liberación sexual en los años sesenta. Tanto en el contenido dramático del relato como en las formas que adopta, el entorno histórico está siempre presente, de manera que el periplo de una trabajadora en una fábrica, desde su vida gris, hasta convertirse en un símbolo de la revolución sexual, toma la forma de un poderoso retrato histórico vestido de drama criminal.
Ya dijo Godard que para hacer cine solo se necesita una chica y una pistola. Banklady añade la peluca, porque lo que resuena al fondo es un estudio sobre la identidad, tanto la de una mujer como de un país en busca de sí mismos.
Dirección: Christian Alvart. Intérpretes: Nadeshda Brennicke, Charly Hübner, Ken Duken, Andreas Schmidt, Heinz Hoenig, Henny Reents y Niels Bruno Schmidt. Año de producción 2013. Duración 117 min.
Esta película integra la grilla de programación del 14 Festival De Cine Alemán.